Ibón de Piedrafita
¿Qué es un ibón?
Ibón es el término en idioma aragonés, que al pasar al castellano ha quedado relegado para denominar pequeños lagos de montaña de origen glaciar situados en los Pirineos Aragoneses.
Están «censados» un total de 197 ibones de muy diferentes tamaños y formas.
El agua de los ibones es dulce y bastante fría debido a que se llenan con el deshielo de las nieves; en casi todos, las temperaturas son del orden de 4 °C. Incluso en los meses de verano, muchos ibones siguen helados o con placas de hielo superficiales. Por otro lado, la profundidad de los ibones varía por zonas. Hay ibones poco profundos, menores de 0,5 m, y los hay que superan los 25 m de profundidad.
De hecho, los ibones han sido objetos de estudio por diferentes asociaciones, determinando que las aguas de los mismos son de gran calidad, y la gran mayoría se incluyen en la red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad Natura 2000.
Los ibones son lugares cada vez mas transitados por la gente diariamente. Algunos, como el Ibón de Piedrafita son muy accesibles, por lo que resultan perfectos para disfrutar en familia; otros están en escarpados parajes y solo son aptos para los más montañeros; pero todos comparten un denominador común: una belleza paisajísticas incuestionable.
En invierno y en verano
Desplaza la barra central para ver como cambia el paisaje entre estaciones
LA RUTA
La sencilla ruta de unos cuatro kilómetros desde el parking de Lacuniacha, puede realizarse en unas dos horas de duración atravesando una pista forestal, y permite conocer uno de los ibones más accesibles del Valle de Tena.
El Ibón de Piedrafita se ubica a los pies de la imponente Peña Telera y su belleza es incalculable. En invierno, en muchas ocasiones, se puede acceder con raquetas o esquís de travesía debido a la cantidad de nieve que se acumula.
El camino se encuentra muy bien señalizado y es de fácil acceso.
Video propiedad de Desnivel Positivo. Ver más videos de Desnivel Positivo
cuida el entorno
Esta accesibilidad también tiene sus contras, y es que algunos excursionistas, poco cívicos, arrojan desperdicios en el entorno ensuciándolo; así, en diferentes campañas de limpieza se han llenado grandes bolsas de basura con desechos como latas de conservas o de refrescos, botellas, bolsas de plástico, zapatillas y otros objetos arrojados a los ibones. ¡Hasta una tienda de campaña!
Cada año se suelen limpiar algunos ibones de estos desperdicios, ya que enturbian las aguas y además impiden el buen desarrollo de vida ( Te invitamos a estar atento a nuestras publicaciones, si quieres colaborar con la próxima retirada de basura del Ibon y ayudarnos a mantener limpio nuestro y vuestro entorno)
Otra afección, esta vez de origen antrópico, es la presencia de peces. De forma natural, la mayoría de los ibones no tiene conexión directa con los cursos fluviales habitados por la ictiofauna. Los peces que hay en ellos fueron introducidos por los pescadores de forma que se han convertido en depredadores que se alimentan de todo lo que encuentran, fundamentalmente las huevas de los anfibios y las puestas y nidadas de los invertebrados que sí tiene el ibón como hábitat natural, desequilibrando el ecosistema acuático de estos lagos de este modo.
La localización y las condiciones climáticas en las que se encuentran los ibones en general, les otorgan unas características únicas y les convierte en espacios muy especiales, con una gran riqueza ecológica y un alto valor científico.
Normativa del Gobierno de Aragón
La normativa del Gobierno de Aragón establece que “en reconocimiento a su importancia e interés medioambiental, los ibones aragoneses están protegidos, bien porque se localizan dentro de algún Espacio Natural Protegido, bien porque están incluidos dentro del Inventario de Humedales Singulares (Decreto 204/2010), o por ambas medidas a la vez”. El Decreto detalla una serie de actividades prohibidas y, aunque no especifica directamente el baño, sí habla de cualquier actividad que pueda afectar negativamente en la calidad del agua del ibón, por lo que bañarse en los IBONES está prohibido porque contribuye al desequilibrio de estos delicados ecosistemas.
Además, las acciones prohibidas de acuerdo con el Inventario de Humedales Singulares de Aragón, por el que se regula las actividades y usos relacionados con los ibones (lagos de alta montaña), son las siguientes:
- Las actividades que directa o indirectamente puedan producir la desecación, inundación o la alteración hidrológica del humedal.
- La modificación del régimen hidrológico o hidrogeológico y composición de las aguas, así como la alteración de sus cursos, fuera de los casos previstos en los instrumentos de planificación hidrológica aprobados
- Las modificaciones de la cubeta y de las características morfológicas del humedal, el relleno del humedal con cualquier tipo de material, así como la extracción de materiales del humedal y la alteración topográfica de su zona periférica de protección.
- Las actividades, en especial, los vertidos sólidos y líquidos de cualquier naturaleza que afecten de forma negativa, directa o indirectamente, a la calidad de las aguas superficiales o subterráneas que alimentan y mantienen el funcionamiento del humedal.
- La eliminación o deterioro de la vegetación presente en el espacio formado por la lámina de agua o superficie encharcada en su máximo nivel habitual, incluido el cinturón perilagunar de vegetación asociada a aquélla.
- La introducción de especies de flora y fauna, terrestres o acuáticas, no autóctonas o extrañas al ecosistema del humedal.
- La captura de animales silvestres y la recogida o destrucción de sus refugios, huevos y nidos, así como la recolección de plantas, sin perjuicio de lo establecido en la legislación específica en materia cinegética y piscícola
- El otorgamiento de nuevos aprovechamientos mineros en el ámbito del humedal, incluidos los permisos de investigación minera.
- La utilización de productos plaguicidas, fungicidas o fitocidas en el humedal que le puedan afectar.
- Las quemas no autorizadas de todo tipo de vegetación que resulten incompatibles con la conservación del humedal.
- Las nuevas infraestructuras que no estén relacionadas con la conservación y gestión del uso público del medio natural, en particular las viarias, energéticas y de telefonía
- La emisión de ruidos que perturben o incidan negativamente sobre la fauna.
- La publicidad exterior o cualquier otra alteración del paisaje, y la colocación de carteles, salvo los precisos para las señalizaciones de información o interpretación del humedal, sin permiso expreso del Departamento competente en materia de medio ambiente.